- Cliente
- Gobierno de Andorra
- Ubicación
- Encamp, Andorra
- Fecha
- 2019
- Categoría
- Espacio público
- Estado
- Concurso, Second Place
- A project with
- Toni Riberaygua and Andreu Riba
La cultura es la fuerza constructiva de las identidades individuales y colectivas. Abarca tanto la tradición como los cambios que ésta experimenta. El espacio cultural es, por definición, un lugar para experimentar nuestra sociedad, un espacio para exhibir sus desafíos y contemplar nuevas posibilidades. Esto lleva al museo al ámbito del urbanismo, ya que crea un lugar para comprender, formar y compartir la identidad, reforzando así nuestro sentido de ciudadanía. Para el nuevo Museu Nacional de l’Automòbil d’Andorra, aplicamos esta idea a un edificio dando más espacio a sus ciudadanos, junto con Toni Riberaygua y Andreu Riba.


A MOTOR DE CAMBIO,
UN CAMBIO DE MOTOR
El automóvil ha sido una fuerza importante en el desarrollo de nuestras comunidades, especialmente en Andorra, un país ubicado en los Pirineos, aislado del mundo hasta que la democratización de los automóviles hizo posible la conexión, el comercio y los viajes. En medio de la evolución del transporte, los automóviles pasaron de ser un símbolo de progreso a un componente restrictivo para el ciudadano, ya que los pueblos y las ciudades están ahora diseñados para automóviles en lugar de para personas. Por lo tanto, la ciudad de Encamp (Andorra) inició una nueva estrategia urbana al hacer que la carretera principal rodeara el centro de la ciudad en lugar de atravesarlo directamente, restituyendo así el espacio para la comunidad.
Como parte de la segunda fase del plan urbano de Encamp, el MNAA pretende trascender la construcción de un nuevo edificio para la historia del automóvil de Andorra, al priorizar y humanizar el espacio público que lo rodea. Situado entre dos edificios públicos (Ayuntamiento y Ministerio de Cultura), el edificio crea un diálogo entre las tres entidades, al tiempo que dos plazas adicionales y una escalera agregan un nuevo valor al espacio público. El museo asume así el papel preliminar del automóvil al convertirse en un catalizador para la conexión, el movimiento y el cambio.


PRINCIPIOS MUSEOLÓGICOS:
CONTAR LA HISTORIA DE ANDORRA
El diseño del museo se basa en una nueva topografía que permite que el edificio se integre en el tejido urbano de Encamp. Para no dominar sus alrededores, el edificio se adentra en el subsuelo, donde encontramos las nuevas plazas públicas que dejan pasar la luz natural desde arriba. Una variedad de niveles internos crea ritmo, favoreciendo una circulación de exhibición dinámica que juega con las vistas del visitante. Sobre la superficie, la fachada emergente tiene una forma translúcida y fragmentada (tanto por las estructuras verticales como por el techo retorcido), lo que proporciona un punto final simbólico al paso peatonal.
Aunque el catálogo del MNAA es considerado uno de los más importantes en el sur de Europa, el museo no se centra únicamente en la singularidad de sus piezas. Los vehículos se muestran en una ruta siguiendo la narrativa evolutiva de Andorra y sus métodos de transporte. Un conjunto de exposiciones temporales invita a los visitantes a reflexionar: ¿Qué significó el automóvil para Andorra? ¿Qué significa para nosotros hoy? ¿Cuáles son los nuevos enfoques del transporte y cómo nos afectarán? ¿Moverse más rápido implica necesariamente que estamos progresando? El museo se convierte así en un símbolo de la evolución de Encamp y Andorra, al tiempo que proyecta nuevas ideas para el futuro.